La Cruz de Caravaca es un amuleto sagrado con siglos de tradición. Originaria de la ciudad de Caravaca (España), es reconocida como un símbolo de protección, fe y poder espiritual. Se considera que guarda a quien la porta contra el mal, el mal de ojo, la envidia y las energías negativas.
Su forma especial, con dos brazos horizontales, suele representarse custodiada por ángeles, lo que potencia su fuerza espiritual. En el esoterismo se utiliza para:
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Protección personal y del hogar.
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Abrir caminos y atraer buena suerte.
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Potenciar la fe y la conexión espiritual.
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Alejar malas energías y enemigos.
Llevada como colgante, colocada en altares o usada en rituales, la Cruz de Caravaca actúa como un escudo espiritual y un canal de bendición.
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